Enaltecer la artesanía tradicional chilena

Publicado por Francisca Jiménez en

 (Créditos foto: Carolina Vargas)

Entrevistamos a Claudia Hurtado, Directora Ejecutiva de Fundación Artesanías de Chile. La profesora de Historia, Geografía y Educación de la Pontificia Universidad Católica, ha dedicado gran parte de su carrera a rescatar la identidad cultural de los pueblos originarios a través del fomento de nuestra artesanía. Desde el 2018 está a la cabeza de aquella entidad sin fines de lucro que lleva 18 años preservando, fomentando y difundiendo la artesanía tradicional chilena.

 ¿Qué propósitos han marcado el actuar de la Fundación durante estos cuatro años?

 Durante estos años de gestión, nos hemos propuesto acercar la artesanía a todos los chilenos y chilenas. Veíamos que había mucha desinformación con respecto a lo que es la artesanía y solía pasar que las personas la veían como algo caro y de no tan buen nivel en comparación con las provenientes de países como México y Perú.

 En primer lugar, nos hemos enfocado en comunicar la artesanía para que la gente pueda diferenciar los procesos productivos artesanales y que logren apreciar los materiales que se involucran en cada pieza y para que, finalmente, se den cuenta cuándo en realidad un producto es caro. Buscamos no sólo exhibir el producto, sino también relatar lo que hay detrás de cada pieza artesanal. Nuestro foco es mostrar la artesanía en términos humanos, culturales, de procesos productivos y materia prima. 

 ¿Qué cambios ha experimentado la Fundación Artesanías de Chile frente a los desafíos que impuso la pandemia?

 El año pasado, cuando tuvimos que cerrar las tiendas, empezamos a ver cómo podíamos seguir impulsando comercialmente a los artesanos. Nos dimos cuenta de que había dos cosas importantes que activar: La creación de una buena página web y el contacto con partners para poder seguir comprando en los territorios mientras continuaran las restricciones al desplazamiento.

 Levantamos recursos en programas de fomento productivo y presentamos nuestros proyectos a los Consejos Regionales de cada uno de los territorios con los que trabajamos. Logramos conseguir recursos suficientes para mantener el vínculo comercial con nuestros artesanos, e incluso para sumar nuevos de ellos a la red. Nuestro fondo de compra de 240 millones ascendió a más de mil millones, lo que significó ampliar los puntos de venta y profesionalizar la custodia del patrimonio artesanal a través de una nueva bodega en la comuna de Recoleta. Ahora, con los nuevos ingresos, planeamos aumentar el número de artesanos y pasar de los 2.200 con los que trabajamos en la red en la actualidad a 2.800. 

 Otro de los cambios que tuvimos que desarrollar fue el de actualizar nuestra logística de compras. Antes se adquirían las piezas de manera desordenada por territorio. Ahora nuestros compradores se enfocan en ciertos oficios y dedican su trabajo a ellos. La idea es que sea más eficiente y que toda la fundación pueda aprender y especializarse en ciertos temas.

 Creamos también el área de desarrollo de nuevos productos. Un espacio de diseño que se encarga de refrescar la oferta con ciertas campañas que no buscan cambiar la técnica de los artesanos, sino que propone entregar valor agregado a la artesanía tradicional. La idea es ayudar a las personas con información y asesorías sobre las tendencias en términos contemporáneos de diseño.  

 ¿Qué cambios se deben hacer para generar en la sociedad una mayor valorización por la artesanía chilena?

 Lamentablemente la palabra artesanía está tremendamente mal usada. Como Fundación y como Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio debemos ponernos firmes, y eso tiene que ver probablemente con una ley, de cuándo se usa la palabra artesanía. En cualquier lugar hay ferias artesanales donde se venden miles de productos hechos industrialmente que no tienen nada que ver ni con la identidad chilena ni con el concepto de artesanía.

 Cuidar la palabra es algo muy importante de lo que debemos preocuparnos. Artesanía no es lo mismo que manualidad. La artesanía tradicional está vinculada al ADN de una persona, pues se hereda de generación en generación. Para mí tiene que ver con una transmisión, no necesariamente verbal, de aspectos de una cultura y territorio en particular.

 El concepto arte popular lo veo como un sinónimo de artesanía, pienso que es una palabra que deberíamos volver a usar. Debemos ponernos una meta de transmitir la artesanía como un arte popular, ir haciendo una transición de palabras para que realmente se pueda reivindicar el trabajo de los artesanos. Pero eso no lo puede hacer la Fundación sola, necesitamos del apoyo del mundo privado y público para enaltecer y dar dignidad a este trabajo que es tan nuestro.

 

 

 

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