Hecho en Chile Reflexiones en torno al patrimonio cultural. Vol. 2
Daniela Marsal (editora)
Mis Raíces, 2020, 405 páginas.
Este nuevo esfuerzo editorial de Daniela Marsal, llega a nuestras manos en plena discusión sobre el proyecto de ley de patrimonio cultural. Recordemos que el 24 de marzo de 2021 el gobierno ingresó una indicación sustitutiva que reemplaza el proyecto presentado en 2019. Si el primer volumen del año 2012 era urgente, dada la escasa bibliografía nacional sobre esta temática, este volumen 2 que estamos presentando, es necesario para entender la nueva situación de lo patrimonial en Chile.
Esta obra está cimentada en dos pilares, que sin duda refrescan la mirada: el primero se refiere al patrimonio como sinónimo de lo significativo, no desde lo oficial ni desde la academia; sino desde la intimidad de un grupo humano. El otro, es la mirada desde lo local, desde las regiones en contraposición a la mirada centralista desde “lo nuestro” o “lo nacional”. Estos dos elementos atraviesan todo el texto y se constituyen en las piedras fundantes donde se enganchan los cuatro ejes horizontales que veremos a continuación.
El primero se refiere al llamado patrimonio industrial que va configurando un modo de ser a partir de las actividades productivas. Muy ligado, quizás, al ámbito de los denominados “paisajes culturales”, el recorrido realizado a través de sus textos va dando cuenta de las vivencias del pasado, con una proyección de presente y futuro. No solo es la nostalgia de lo que fuimos, sino anhelo de lo que queremos ser. Un segundo eje se refiere a la relación de los museos y archivos, con sus comunidades. Es precisa aquí la pregunta por los sentidos que adquieren estas instituciones para aquellos/as cuyas voces no eran escuchadas: ¿qué guardar?, ¿cómo exhibir? ¿qué observar? E incluso, por qué no, ¿qué eliminar?
El tercero se remite a los proyectos oficiales y a la tensión entre esta mirada institucional y las comunidades propietarias de expresiones y/o bienes patrimoniales. Quizás Valparaíso representa un ejemplo del fracaso de la denominación “patrimonio de la humanidad”, una experiencia fallida que demuestra lo que sucede cuando la comunidad no está en la génesis del proceso. Por último, un cuarto elemento es el patrimonio de los pueblos originarios y si es posible seguir hablando desde una mirada enciclopédica y occidental, aquellos ámbitos que son parte de un todo indivisible.
Damos la bienvenida entonces, a este texto necesario, que nace en pleno periodo de cambios y que nos ayuda a comprender las diversidades históricas y emergentes de un país como Chile, que se quiere proyectar al futuro gracias a este maravilloso caleidoscopio cultural reflejado en el patrimonio.
Christian Baez Allende